En una sesión de terapia, conversas con un profesional en un espacio seguro y confidencial. Puedes hablar de tus preocupaciones, emociones o experiencias. El terapeuta te escucha, hace preguntas y te ofrece herramientas y estrategias para manejar lo que estás viviendo.
No. La terapia es para cualquiera que quiera conocerse mejor, mejorar sus relaciones o aprender a manejar el estrés diario. No necesitas un "problema grave" para beneficiarte de la terapia. Es como una guía para ayudarte a vivir una vida más equilibrada y plena.
Sí. Todo lo que compartas con tu terapeuta es confidencial y está protegido por ética profesional y leyes de privacidad. Solo se rompe la confidencialidad si hay un riesgo para tu seguridad o la de otros.
Si te sientes estresado, triste, confundido, ansioso, o si enfrentas desafíos que te resultan difíciles de manejar, la terapia puede ayudarte. Incluso si solo quieres entenderte mejor o mejorar alguna área de tu vida, es una buena razón para empezar.
La duración varía según cada persona y sus objetivos. Algunas personas se sienten mejor después de unas pocas sesiones, mientras que otras prefieren un proceso más largo para profundizar en temas complejos. Tú decides el ritmo junto con tu terapeuta.
La terapia puede ayudarte a manejar ansiedad, depresión, estrés, problemas de pareja, duelo, autoestima baja, conflictos familiares, dificultades laborales, y muchos otros desafíos emocionales y de vida.
